El Mónaco empezó siendo un cabaret regentado por una mujer de Mónaco, de aquí su nombre. Se comenta que arriba de la barra actual se situaban los camerinos donde se cambiaban las vedettes, y que durante una de las reformas del local encontraron algunos vestidos dentro de unas cajas.

En el año 1929, el año de la Gran Depresión, fue cuando Miquel Bosch inauguró el Café Mónaco y dónde empezó la actividad de bar cafetería. Durante estos casi 100 años ha pasado también por las manos de Antoni Bosch (nieto de Miquel) y posteriormente Isabel García. 

Durante el siglo XX fue escenario de timbas de póquer que duraban toda la noche, había una cisterna (a día de hoy tapiada) que fue el “secret” durante la época del contrabando, donde se escondía alcohol y tabaco. Los pescadores se reunían antes de empezar la pesca y allí mismo vendían gamba fresca para cebo.

Muchos, aún recuerdan los callos de la señora Aurora y de cuando el bar se abría 24h. Pedro, el barbero, cortó las barbas de medio Palma en la barbería ubicada dentro del local. Historias y batallitas que aún siguen vivas entre los vecinos que no han dejado de visitar el Mónaco porque es su casa. 

El variat es un plato típico de Mallorca, que tiene la peculiaridad de servir varias raciones en un único plato donde se mezclan sabores y texturas. Normalmente acompañado de vino o caña, suele reinar los mediodías de muchos bares de la Isla. Siendo un clásico de los desayunos, cada vez es más habitual pedirlo a cualquier hora del día.

Cada pueblo, cada bar o cada cocina tiene su manera particular de prepararlos ofreciendo una amplia variedad de opciones. Callos, albóndigas, pica-pica, ensaladilla, frito mallorquín, croquetas, sepia en salsa… platos tradicionales que se juntan en uno único. Un plato que ya forma sin duda parte de la identidad mallorquina.